Cuando trabajas en proyectos singulares te sueles encontrar con propuestas complicadas de ejecutar, principalmente en la iluminación, aunque también en otro tipo de instalaciones.
Es entonces cuando entra en juego la creatividad del instalador o, en mi caso, la del Director de Instalaciones, para conseguir realizar la propuesta y cumplir las expectativas del arquitecto, del diseñador y de la propiedad.
Saber entender el efecto que se busca con un punto de luz en el canto del peldaño de una escalera o en la lámpara que cuelga en el rincón de hormigón visto o el objeto de la toma de corriente en el macetero es fundamental para ejecutarlo correctamente.
Cómo llegar con el cable hasta ese punto suele ser un verdadero quebradero de cabeza.
En ocasiones, cumplir la normativa de manera estricta es del todo imposible. A menudo navegas por el filo del reglamento. Evidentemente una cosa es el diseño y otra la norma, aunque por encima de todo siempre debe primar la seguridad del usuario.
Encontrar ese equilibro es ejecutar el trabajo de forma perfecta.