Últimamente, casi todo lo que me llega por LinkedIn es sobre instalaciones fotovoltaicas. Entiendo que es cosa de la tipología de contactos que tengo, de los algoritmos que usa esta red social y que, ciertamente, el sector está en auge.
También que no tenemos medida para las cosas y nos ponemos a hacer lo que más se vende, para no perder el tren del dinero, para morder nuestra parte del pastel antes de que llegue otro y se lo coma, sin preocuparnos si hay mejores soluciones para cada caso en concreto: Monto, cobro y me voy.
La instalación de la foto me la he encontrado hace unas semanas, recién terminada en una zona natural increíble, pero no diré ni dónde ni por quién. Alguien que quiso ser renovable y dejó el campo hecho una cochinada, que quiso ser amigable con el medioambiente y se cargó unos cuantos carrascales.
Y la solución estaba a pocos metros, sobre la enorme y lujosa vivienda unifamiliar que tenía que alimentar.
Va siendo hora de que nos pongamos las pilas y denunciemos estas cosas. Hay soluciones BIPV extraordinarias en el mercado. Vamos a ser cabales y dediquemos un poco más de tiempo a proponer otras opciones a los clientes, sobre todo a los que no saben.
Ya está bien de vender cualquier cosa, cobrar y salir por patas.
